Timidez infantil- ¿Cómo ayudar a tu hijo?
- ammasperu
- 16 feb 2019
- 4 Min. de lectura
Si bien la timidez en la infancia es muy común, preocupa a muchos padres, algunos niños se vuelven tímidos debido a experiencias difíciles en la vida, pero la mayoría nacen así. Para algunos niños de corta edad, las situaciones e interacciones sociales pueden ser aterradoras. De hecho, simplemente son retraídos y lentos para adaptarse a nuevas situaciones. La timidez en la infancia se presenta en menor o mayor grado en la mayoría de niños, pero para algunos de ellos puede ser una gran barrera social. ¿Ante qué síntomas debemos estar alerta? ¿Y cómo podemos ayudar a un niño a superar su timidez?
Hoy en día, ya nadie pone en duda la importancia que la interacción interpersonal tiene en el desarrollo infantil y en el funcionamiento psicológico, escolar y familiar. Desde los primeros pasos con sus iguales en guarderías hasta la posterior escolarización, el niño debe ir construyendo, como parte fundamental de su educación, una serie de habilidades sociales que de no establecerse de forma adecuada, pueden limitarlo en muchos aspectos de su funcionamiento, además de producirle un gran sufrimiento emocional. De ahí la importancia de detectar a tiempo al niño tímido y dotarle de unas herramientas útiles para que pueda construir con mayor eficacia una comunicación interpersonal saludable.
Utilizando la definición de la R.A.E. el tímido se define como: “Temeroso, medroso, encogido y corto de ánimo.” Esta definición parece acotar el significado de la palabra, no obstante, el problema reside en que hay otros términos que a menudo se mezclan con el primero y pueden crear cierta confusión terminológica (por ejemplo: retraimiento social; dificultad en la relación social; introversión; falta de asertividad; etc...). Todo ello apunta a la existencia antes señalada de diversas expresiones de la timidez.
En su acepción psicológica más clásica, la timidez se utiliza para referirnos a “aquellos niños con un patrón de conducta caracterizado por un déficit acusado en las relaciones interpersonales y una tendencia estable y acentuada de escape o evitación del contacto social con otras personas”.
Identificar los síntomas de la timidez
A menudo no es fácil detectar los síntomas de timidez en los niños ya que la mayoría responden a síntomas internos (pensamientos y emociones). La observación por parte de los padres y de los profesores, e incluso amigos, es un factor clave para poder identificar a niños con problemas de timidez. Se recomienda estar alerta a los siguientes signos:
Falta de conductas interactivas: el niño no participa ni pregunta en clase, le cuesta iniciar conversaciones con otros niños, no tienen nunca la iniciativa para hacer cualquier actividad o se muestra reservado y distante.
Conductas de temor, miedo o ansiedad: en el momento de expresar una opinión o efectuar algún acto en presencia de otras personas.
Problemas relativos a su autoestima: sentimientos de inferioridad acompañados de falta de defensa. También se pueden dar casos de niños con síntomas psicosomáticos (dolores de barriga, mareos, dolores de cabeza, etc.) con tal de evitar ciertas situaciones.
Consejos que pueden ayudar al niño tímido
A continuación se presentan unos breves consejos para ayudar al niño a hacer frente a su timidez y para que pueda ganar autoestima.
No forzarle. "Saluda", "no te escondas", "vete a jugar con los niños". La reacción de algunos padres ante la timidez de su hijo es insistirle en que sea abierto y apremiarle para que tenga una conducta para la que no está preparado. "Lo mejor que podemos hacer cuando el pequeño actúa con timidez es no insistir, ni forzarle, ni obligarle; cuanto más le digamos, menos conseguiremos.

Evitar la sobreprotección. Los padres sobreprotectores toman la palabra en el nombre de su hijo y acuden a consolarle cada vez que se muestra retraído. Esto, sin embargo, no ayuda a que el niño supere poco a poco su timidez. Tampoco es aconsejable evitar a toda costa las situaciones que pueden ser incómodas para el pequeño, ya que el aislamiento social solo acrecienta el problema.
No etiquetar. Las etiquetas a los menores son peligrosas. No es recomendable escudar ante los demás la actitud del pequeño con el clásico "es que es muy tímido". Ante una situación nueva, es mejor dejar que se relaje poco a poco, hasta que la acepte con normalidad.
Padres sociables, niños sociables. Si los pequeños observan que sus progenitores adoptan un comportamiento y una actitud sociable ante las circunstancias nuevas (no se muestran inhibidos, ni retraídos cuando conocen a alguien o llegan a un sitio desconocido), aprenderán y asumirán esta forma de actuar con toda naturalidad.
Oportunidades para relacionarse. Quedar para comer o salir con otras familias con niños de su edad, invitar a algún amigo a comer o a dormir en casa, apuntarle a un deporte en equipo o salir con frecuencia al parque son algunas de las oportunidades que los padres pueden ofrecer a sus hijos tímidos para que practiquen sus habilidades sociales. Es importante acompañarle al principio para proporcionarle la seguridad que necesita y, poco a poco, dejar que se adapte con naturalidad a las nuevas situaciones.
Reconocer sus méritos. Un pequeño gesto desinhibido supone un importante esfuerzo para un niño tímido. Por eso, es importante que los padres valoren sus actitudes positivas ante la timidez y reconozcan con palabras el mérito del pequeño. Este reconocimiento le ayudará a confiar en sus capacidades y le hará sentirse más seguro en futuras ocasiones.
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